¿Es mejor la pensión de incapacidad o de jubilación?

Cuando llega el momento de decidir entre la pensión de incapacidad permanente y la de jubilación, surgen muchas dudas. Aunque ambas tienen como objetivo garantizar la estabilidad económica de las personas que ya no pueden trabajar, existen diferencias clave que pueden hacer que una sea más conveniente que la otra, dependiendo de cada caso. En este blog analizamos las características principales de cada pensión y te ayudamos a entender cuál puede ser mejor para ti.

 

1. ¿Qué es la pensión de incapacidad permanente?

La pensión de incapacidad permanente está destinada a quienes, debido a una enfermedad o accidente, no pueden desempeñar su actividad laboral habitual de manera total o parcial. El grado de incapacidad influye directamente en el porcentaje de la base reguladora que se recibe:

  • Parcial: No impide trabajar, pero reduce el rendimiento en más del 33%.
  • Total: Impide realizar la profesión habitual, pero permite trabajar en otros empleos.
  • Absoluta: Inhabilita para cualquier tipo de trabajo.
  • Gran invalidez: Requiere ayuda de terceros para las actividades diarias.

Esta pensión puede ser temporal (si se prevé una mejora de la salud) o vitalicia (en casos permanentes).

2. ¿Qué es la pensión de jubilación?

La pensión de jubilación está dirigida a personas que han alcanzado la edad legal para retirarse del mercado laboral y han cotizado el tiempo necesario. Su cuantía depende de varios factores:

  • Tiempo cotizado: Cuanto más años hayas cotizado, mayor será la pensión.
  • Base reguladora: Calculada según las cotizaciones realizadas en los últimos años de trabajo.
  • Edad de jubilación: Actualmente en España, la edad ordinaria de jubilación es de 66 años y 4 meses, aunque puede adelantarse o retrasarse con ciertas condiciones.

3. Diferencias clave entre ambas pensiones

Aunque ambas son prestaciones de la Seguridad Social, presentan diferencias significativas:

  1. Requisitos:

    • La incapacidad permanente se basa en la evaluación médica y laboral de la discapacidad.
    • La jubilación requiere haber alcanzado la edad legal y un mínimo de años cotizados.
  2. Cuantía económica:

    • La pensión de incapacidad absoluta o de gran invalidez suele ser más alta que la de jubilación, ya que se calcula con el 100% de la base reguladora y puede incluir complementos.
    • La pensión de jubilación, aunque depende de los años cotizados, puede ser menor si no se ha completado el periodo necesario o si la base reguladora es baja.
  3. Compatibilidad con otras actividades:

    • Algunas modalidades de incapacidad, como la incapacidad total, permiten trabajar en otra profesión distinta a la habitual.
    • La pensión de jubilación, en principio, no permite trabajar salvo en casos específicos (jubilación activa o parcial).
  4. Edad de acceso:

    • La pensión de incapacidad permanente puede concederse a cualquier edad, siempre que se cumplan los requisitos de cotización y se acredite la limitación.
    • La pensión de jubilación solo puede solicitarse a partir de la edad establecida por ley.

4. ¿Qué ocurre cuando tienes derecho a ambas?

En algunos casos, las personas que reciben una pensión de incapacidad alcanzan la edad de jubilación y se preguntan si deben cambiar de pensión. La Seguridad Social establece que:

  • Si ya estás recibiendo una pensión de incapacidad permanente, esta se transformará automáticamente en una pensión de jubilación al llegar a la edad correspondiente, pero manteniendo la misma cuantía.
  • Si el cálculo de la jubilación fuera más favorable (lo cual no es común), se te aplicará esa cuantía más alta.

5. ¿Cuál es mejor para ti?

La respuesta depende de tu situación personal:

  • Si has sufrido un accidente o enfermedad que limita tu capacidad para trabajar, la pensión de incapacidad es la mejor opción, ya que puede ofrecer una mayor protección económica, incluso antes de alcanzar la edad de jubilación.
  • Si has llegado a la edad de jubilación y no tienes problemas de salud, tu única opción será la pensión de jubilación, cuya cuantía dependerá de las cotizaciones realizadas a lo largo de tu vida laboral.

En general, la pensión de incapacidad permanente tiende a ser más ventajosa en términos económicos, especialmente en los grados absolutos o de gran invalidez. Sin embargo, cada caso debe evaluarse individualmente.

6. Consejos prácticos

  1. Consulta con un especialista: Un abogado o gestor especializado puede ayudarte a entender cuál es la mejor opción en tu caso y asegurarse de que recibes la pensión que te corresponde.
  2. Revisa tus cotizaciones: Antes de solicitar una pensión, asegúrate de que tus años cotizados y bases están correctamente registrados en la Seguridad Social.
  3. Infórmate sobre compatibilidades: Si estás interesado en seguir trabajando con una pensión, explora las opciones de compatibilidad.

Decidir entre la pensión de incapacidad permanente y la de jubilación puede ser complicado, pero ambas están diseñadas para garantizar tu bienestar económico en diferentes etapas de la vida. Entender las diferencias y evaluar tus circunstancias personales es clave para tomar la mejor decisión. Si tienes dudas, busca asesoramiento profesional para asegurarte de que recibes lo que mereces.

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